CENTRO DE ARTE ALCOBENDAS
12 novembre 2015 - 30 gener 2016
La colección Bassat y el arte de nuestro tiempo
Decía Joan Miró que, para él, lo que era importante en la obra de una artista no era el valor que pudiera tener, sino las semillas que esparce para abrir nuevos caminos hacia las generaciones futuras.
Y este es, precisamente, el propósito que hemos asumido desde el Consorcio Museo de Arte Contemporáneo de Mataró: sembrar las semillas esparcidas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX para ayudar a explicar la sucesión de circunstancias y de hechos que han propiciado el arte de nuestro tiempo. Queremos contribuir a mostrar, analizar y difundir por qué las cosas son como son y quiénes han sido sus protagonistas.
Para sembrar, disponemos de un terreno inmejorable en Mataró: el primer edificio que construyó Antoni Gaudí, una antigua nave de blanqueo, encargo de la Sociedad Cooperativa la Obrera Mataronense y que el ayuntamiento de la ciudad, con motivo del 150 aniversario del nacimiento del arquitecto reusense, decidió, con acierto, restaurar y rehabilitar para darle uso público. Construida en 1883 se trata de una obra clave en lo que será la creación gaudiniana, porque de no existir la cooperativa de Mataró, Gaudí no hubiera desarrollado las fórmulas que posteriormente utilizó para proyectar el desván de la Torre Bellesguard, la Casa Batlló o la Pedrera, la famosa maqueta estereofunicular de la iglesia de la Colonia Güell e, indudablemente, los arcos y las bóvedas de la Sagrada Familia, culminación de todos estos estudios previos. La aparente discreción de este edificio, que contrasta con la posterior exuberancia de formas de los encargos promovidos por la iglesia o la burguesía, contiene el embrión de lo que será una de las grandes aportaciones del entonces joven arquitecto: el arco parabólico.
La Nau Gaudí es pues, el quilómetro cero de la desbordante creatividad de Antoni Gaudí y desde noviembre de 2010 es la sede de la Colección Bassat en Mataró.
Retomando las palabras de Miró, para sembrar, también se necesita un buen plantel y para ello contamos con la colección privada del matrimonio Bassat. La Colección Bassat es, en esencia, una colección de arte contemporáneo, reflejo de la pasión y los gustos de sus propietarios. Una pasión inducida en sus orígenes por el padre de Luis, que con el tiempo se convirtió en propia, para pasar a ser una pasión compartida con su mujer Carmen. Una pasión que en ocasiones ha ido más allá del coleccionismo, como cuando en otoño de 1973 un cuadro de Xavier Serra de Rivera expuesto en la Galería Adrià de Barcelona llamó la atención de Luis. Entró en la galería y estuvo hablando con el entonces director, Francesc Mestre. Horas más tarde, al regresar a casa, había comprado el cuadro de Serra de Rivera –la segunda adquisición de su vida– y buena parte de las acciones de la galería que conservó hasta su cierre en 1979.
La colección cuenta con casi dos mil obras originales, de las que más de ciento cincuenta son esculturas, y se complementa, además, con un amplio fondo de obra gráfica. Picasso, Miró, Chillida, Léger, Appel, Christo, Clavé, Tàpies, Barceló, Saura y Guinovart son algunos nombres del elenco de artistas que atesora y que vamos exponiendo en la Nau Gaudí agrupados por décadas. Hasta le fecha hemos presentado cinco exposiciones circunscritas entre 1947 y 1979, seguramente las cuatro décadas más interesantes de nuestro arte reciente, a lo largo de las cuales surgieron muchos de los coleccionistas de arte contemporáneo de nuestro país.
La historia del arte es hija de los coleccionistas y la implicación de Luis con la Galería Adrià le permitió visitar el estudio de numerosos artistas con los que acabó forjando una relación personal que se refleja en su colección. Los artistas crean o recrean la vida que les rodea, nos ofrecen aquello que sienten y experimentan de su entorno y fue precisamente esta creatividad compartida entre los artistas y el coleccionista la que creó una de las colecciones más representativa de los convulsos años setenta.
En nuestro afán, como decíamos al principio, por contribuir a reivindicar a quienes han sido protagonistas del arte de nuestro tiempo, y para contribuir a abrir nuevos caminos hacia las generaciones futuras presentamos en Alcobendas una selección de ciento una de las obras expuestas anteriormente en Mataró de los pintores Antoni Clavé, Modest Cuixart, Óscar Domínguez, Josep Guinovart, Joan Hernández Pijuan, Manolo Millares, Joan Miró, Joan Ponç, Albert Ràfols-Casamada, Antonio Saura, Antoni Tàpies y Joan Vilacasas y de los escultores Sergi Aguilar, Andreu Alfaro y Eduardo Chillida.
Los artistas presentes en la exposición muestran, a grandes rasgos, la evolución del arte entre 1947 y 1979 pasando de los primeros ensayos de renovación a la evolución hacia una más radical modernidad y hasta las diferentes tendencias que se han sucedido desde la segunda mitad de los años cincuenta hasta el final de la década de los años setenta. Así el escultor Sergi Aguilar (Barcelona, 1946), muestra su minimalismo refinado con unos mármoles en los que encuentra el equilibrio justo entre sobriedad, solidez y peso. El suyo no es un mundo especulativo sino una vinculación entre el mundo físico, la materia y la forma. El también escultor Andreu Alfaro (Valencia, 1929-2012) en cambio, busca dar sentido a las formas que por ellas mismas determinan un espacio, jugando entre significante y significado y llevando el constructivismo geométrico a cotas excelsas con sus generatrices. Del polifacético Antoni Clavé (Barcelona, 1913-Saint Tropez, Francia, 2005) presentamos obra pictórica y escultórica. Incluso desde fuera del ámbito de Cataluña, participaba de una cierta similitud de los movimientos artísticos con la emergencia de formas evocadoras de la realidad en sus óleos y una actitud inequívocamente realista en sus bronces, cual perfecto existencialista. Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) experimenta con el espacio como nadie lo había conseguido anteriormente. Sus obras le plantean un problema espacial que resuelve según las características del material trabajado, creando unas estructuras arquitectónicas que le permiten captar dicho espacio a base de ritmos geométricos. Modest Cuixart (Bacelona, 1925-Palamós, 2007) participó junto a Antoni Tàpies, Joan Ponç y Joan Josep Tharrats, de la renovación del arte de los últimos cuarenta con la aparición del grupo Dau al Set, evolucionando de su realismo mágico característico a explorar en sus telas entre la materia y la representación. Óscar Domínguez, (San Cristóbal de la Laguna, 1906-París, 1957) forma parte del grupo de artistas españoles procedentes del surrealismo que desarrollaron un humanismo informalista. Josep Guinovart (Barcelona, 1948-2007) es el mejor ejemplo de una profunda conciencia de compromiso y del que podemos contemplar obras entre 1951 y 1958 que marcan el paso de un realismo ya muy personal a una simplificación formal de intensa expresividad. La adopción del procedimiento del collage fue para él la manera de unir la plástica de la realidad social con la utopía. Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931-2005) participó también, en una primera etapa, de un realismo esquemático, hasta cierto punto expresionista, para dar paso a unas obras monocromáticas que contraponen la atmósfera frente a la representación. Manolo Millares (Las Palmas de Gran Canaria, 1926-Madrid, 1972) cofundador con Antonio Saura del grupo El Paso, está representado con una arpillera de un año crucial para él, 1962, cuando se publica la histórica monografía de José Ayllón sobre él y cuando la Tate Gallery de Londresle compra elCuadro 150 (1961). En la década de los sesenta, su obra ya está en los más importantes museos de arte contemporáneo del mundo. De Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983), figura de excepcional importancia y guía de los artistas más jóvenes, presentamos una escultura que sin renunciar a la evocación de la realidad, capta su ambigüedad y misterio. Joan Ponç (Barcelona, 1927-Saint-Paul-de-Vence, Francia, 1984) fue el artista que se identificó mejor con el espíritu Dau al Set con sus dibujos de realismo mágico que transporta incluso en sus “futuristas” figurines para un ballet de Antonio Gades o su visión nocturna de Cadaqués donde frecuentaba a Dalí y Duchamp. Albert Ràfols-Casamada (Barcelona, 1923-2009) abandonó también la figuración tradicional pero mantuvo siempre una cierta representación a través de la esquematización. Sus temas se inspiran en la naturaleza, el mar o los interiores buscando siempre el equilibrio entre color y trazo. Antonio Saura (Huesca, 1930-Cuenca, 1998), por aquellos años recién llegado de París, participa en las actividades del grupo El Paso con pinturas de diseño orgánico y aleatorio sobre lienzo, mediante técnicas muy variadas, para adentrarse en los años setenta en el mundo del grabado y la serie de las Superposiciones. Antoni Tàpies (Barcelona, 1923-2012), seguramente el artista más importante de la posguerra, dejará el carácter más onírico y la evocación del misterio para convertirse en uno de los más importantes artistas del Informalismo. Joan Vilacasas (Sabadell, 1920-Barcelona, 2007), artista polifacético, adoptó también el Informalismo a sus personales planimetrías tan características de un pintor a la vez que escritor de novelas y coleccionista.
Y para terminar, quiero agradecer al Centro de Arte Alcobendas, en especial a su directora Belén Poole, la oportunidad que nos brindan de esparcir las semillas de la Colección Bassat para contribuir a abrir nuevos caminos hacia las generaciones futuras.
Text de Núria Poch
Catàleg de l'exposició on es reprodueixen les 107 obres exposades dels artistes Sergi Aguilar, Andreu Alfaro, Antoni Clavé, Eduardo Chillida, Modest Cuixart, Óscar Domínguez, Josep Guinovart, Joan Hernández Pijuan, Joan Miró, Manolo Millares, Joan Ponç, Ràfols Casamada, Antonio Saura, Antoni Tàpies i Joan Vilacasas. Text de presentació de Núria Poch, comissària de l'exposició. Textos institucionals de Ignacio García de Vinuesa, David Bote i Lluís. Bassat.
Edita Centro de Arte Alcobendas